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Replantear la cultura, reacciones artísticas… y otras recomendaciones

La desesperación económica y la creciente amenaza de contagio son los dos extremos en los que se encuentra el proceso para la reactivación del sector artístico, y replantear la cultura es un reto bastante espinoso, tanto para los creadores como para las autoridades culturales. Por su parte, en la espera artística se encuentran los 4 mil 500 creadores en situación de emergencia económica del primer listado de “Contigo en la confianza”, el programa nacional de apoyo económico propuesto por la Unión de Trabajadores del Espectáculo, los señalamientos en las redes sociales del Frente Amplio de Trabajadorxs de Arte y Cultura, la caída del 88.2% en la venta de libros impresos y el drama en la defensa del Fidecine. Mientras que en las recomendaciones: Cultura Federal, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) abren la convocatoria de Becas para Estudios en el Extranjero 2020, y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se suma a la plataforma “Contigo en la distancia”.

¿Reactivación cultural?

 

La incógnita se ubica entre la desesperación e incertidumbre por la activación de la vida cultural contra el terror por la amenaza viral. La respuesta no es sencilla, ni simple, pues por un lado existe la urgente demanda por el rescate económico al sector artístico, trabajadores, técnicos y profesionales al frente, así como detrás del telón cultural en todas sus manifestaciones, mientras que en el otro extremo, el riesgo es la exposición al contagio por Covid-19.

 

En la reapertura, la “bola mágica” que presagia el futuro epidémico de México de las autoridades sanitarias federales y capitalinas, vislumbra que, en esta tan extraña “nueva normalidad”, el 15 de junio, los cines, teatros y otros circuitos artísticos cerrados podrán recibir público al 50 por ciento de su aforo, mientras que el virus aumenta día a día el número de contagios y el semáforo epidemiológico se mantiene en rojo, tirándole a color borgoña.

 

En este punto, los gastos protocolarios reducirán las ganancias que los espacios recibirán al invertir en sanitizar -al inicio y final de cada presentación-, comprar termómetros infrarrojos, así como otros insumos, entre ellos, desinfectantes, materiales de limpieza especializados que no dañen los textiles de las butacas o el vestuario -en el caso de los escénicos- y otra serie de medidas que “garanticen un sano espectáculo”.

 

Réstenle la probabilidad de que el público no asista y la venta de boletos sea aún más baja de lo que era en la “antigua normalidad”, ya sea por el gran número –en aumento- de desempleados, la reducción del sector de los más vulnerables al virus y el temor generalizado que nos mantendrá en casa, hasta que exista una vacuna contra el microscópico monstruo pandémico. Eso sin contar los requerimientos de los artistas o las posibles demandas por incumplimiento de protocolos al salir alguien contagiado... y la lista continúa.

 

Dentro de la opción del confinamiento, la precariedad se agudiza en la industria creativa. En el ámbito privado, los técnicos, gestores y productores, son aún más afectados que los propios artistas. Los fierros se oxidan, las rentas y salarios absorben los ahorros, mientras que en el mundo del espectáculo se rumora que el show continuará -por lo menos-, hasta el segundo trimestre del 2021.

 

El músculo artístico, al no usarse, se atrofia, el talento comienza a abandonar su disciplina para buscar otras fuentes de ingreso, el hambre se impone ante “el amor al arte”, los más afortunados regresarán, pero la reducción en la productividad cultural impactará profundamente y existirán vacíos insustituibles… ¡Vaya escenario!

 

Prisioneros de la impotencia, el gremio artístico reacciona solicitando al Estado apoyos de sobrevivencia, pero los recortes presupuestales no dejan mucho margen de maniobra a Cultura federal. El capital humano tiene la preferencia, pero la realidad es que el recurso está más enfocado en obras de infraestructura y grandes proyectos, que en atender a los sectores más afectados por la pandemia, la cultura es uno de ellos y enfrenta una de sus peores crisis.

 

En números, la Secretaría de Cultura (SC) ha destinado entre 80 a 100 millones de pesos en apoyos, solo como dependencia federal: se ha fortalecido el trabajo con los institutos de Cultura de todos los estados, quienes a partir del 5 de junio contarán con el Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura (AIEC) por un monto total de 350 millones de pesos, aumentando así los recursos para los creadores a nivel nacional; se busca rescatar al sector artístico independiente desde la transversalidad con otras secretarías; existen progresos en el diálogo con el gremio cultural, pero el proceso para replantear la cultura lamentablemente no avanza tan rápido como los estragos que el Covid-19 está dejando en la comunidad artística.

Reacciones…

 

En el tintero, se encuentra la lista de los 4 mil 500 creadores en situación de mayor emergencia económica, presentada por los colectivos Asamblea por las Culturas, #NoVivimosdelAplauso y el Movimiento Colectivo por el Arte y la Cultura de México (Moccam) a las autoridades federales y legislativas culturales el pasado 27 de mayo, en el acuerdo de autorizar 15 mil pesos en contratos de confianza para cada uno de estos artistas, artesanos y gestores culturales que se encuentran sin recursos. Los colectivos solicitan que las autoridades definan la fecha de entrega de los apoyos en esta primera fase del programa que denominaron “Contigo en la confianza” que busca el apoyo para cien mil creadores en total.

 

Por su parte, la Unión de Trabajadores del Espectáculo (UTE), empuja un programa nacional de apoyo económico de 13 mil 500 millones de pesos para los años 2020, 2021 y 2022. La propuesta de 6 mil firmantes entregada al “muy oportuno” presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara Baja el pasado 29 de abril en la Oficialía de partes del Palacio Legislativo de San Lázaro, determinaría un incremento del 33.3 por ciento al presupuesto cultural.

 

Sin respuesta alguna, el 1 de junio, en el arranque de la tan dudosa “nueva normalidad”, diversos integrantes de la UTE, se manifestaron en el Monumento a la Revolución y se reunieron con el diputado Mayer, quien asumió el compromiso de dar seguimiento a las solicitudes de apoyos económicos ante dependencias del gobierno federal y velar por este punto de acuerdo en la Cámara de Diputados. De ahí, los trabajadores del espectáculo se dirigieron hasta Palacio Nacional, donde entregaron su propuesta a las oficinas de la Presidencia… y a la espera.

 

En la virtualidad, las redes sociales del Frente Amplio de Trabajadorxs de Arte y Cultura detonaron  el debate y denuncia con su campaña #AlguienNosQuiereDesaparecer, “obra en tres actos”, donde mencionan la desaparición de los fideicomisos culturales, la insuficiencia de apoyos económicos al sector artístico ante la pandemia y los recortes presupuestales a dependencias de Cultura federal.

 

En las letras, las editoriales enfrentan una caída del 88.2 por ciento en la venta de libros impresos, mientras que los llamados “eBooks” en México solo representan el 10 por ciento de la venta de libros digitales en español en el mundo. El consumo de la industria librera preocupó al Senado de la República, solicitando a la SC una sesión virtual con el Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura, para analizar la situación de la cadena productiva del libro, del sector librero del país y determinar medidas urgentes para su reactivación.

 

Mientras tanto, el Fondo de Cultura Económica en Colombia enfrenta actos de nepotismo y corrupción de parte de su gerente, el escritor Nahum Montt, quien firmó tres contratos millonarios de la sucursal colombiana con empresas vinculadas a su hijo y se daba la gran vida gastando cinco mil dólares mensuales en lujos personales desde la tarjeta corporativa del FCE. Paco Ignacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica, ya dijo que Montt pagaría los gastos extras, se cancelaran los contratos y que el gerente de Colombia dejará el cargo hasta que concluya la pandemia.

 

Más líneas al guion en el drama “Foprocine: ¿lo que el Fidecine fusionó?”, protagonizado el pasado 28 de mayo por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina, mencionó: “Aprovecho para pedirle a los legisladores que nos ayuden con las dos iniciativas que enviamos. Una para extinguir fideicomisos, porque era un abuso y lo podemos probar, se usaba dinero de manera discrecional, para eso creaban los fideicomisos y desde luego que había corrupción”, pero en la toma dos de este suspenso, el mandatario agregaría que “esto no significa que se van a quedar sin apoyo los creadores, los cineastas, los investigadores. No, van a seguir recibiendo su apoyo, nada más que lo vamos a hacer de otra forma, les vamos a entregar de manera directa lo que les corresponden, sin estos instrumentos de intermediación, administrados por gente sin escrúpulos”.

 

Aumento de presión para la Secretaría de Cultura, donde su titular, Alejandra Frausto Guerrero aclararía –una vez más- la postura de la SC sobre los fideicomisos fílmicos, mencionando a un diario nacional que el acuerdo de Cultura federal con las secretarías de la Función Pública (SFP), Hacienda y Crédito Público (SHCP), más el logrado el pasado 21 de mayo con los diputados morenistas ante cineastas, es la “defensa del Fidecine”.

En las recomendaciones…

 

La SC a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en colaboración con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), abren la convocatoria del programa de Becas para Estudios en el Extranjero 2020, que incluye manutención, seguro médico y una aportación anual complementaria para colegiatura e inscripción por un monto máximo de 200 mil pesos. El periodo del apoyo será de hasta 24 meses para maestría, 48 meses para doctorado y un máximo de 60 meses para doctorado directo. Consulta las bases en https://foncaenlinea.cultura.gob.mx/

 

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se suma a la plataforma “Contigo en la distancia” de Cultura federal con una serie de materiales audiovisuales, podcast y reflexiones en torno a la cultura y el arte ante la presencia del COVID-19. El integrar materiales de la UNESCO es un paso más en el trabajo y estrecha colaboración realizada por la Secretaría de Cultura, algunos ejemplos son la firma de la Declaratoria de Los Pinos, la cual contiene el plan de acción para el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas, además de la organización para el próximo año de la segunda edición de la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (MONDIACULT 2022).

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