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Ayn Rand… lecturas sobre el individualismo

por glen rodrigo magaña

Catalogada como uno de los personajes más polémicos del siglo XX y aún en el XXI da mucho de qué hablar: Alisa Zinóvievna Rosenbaum, originaria de San Petersburgo en la Rusia zarista, que viviera la Revolución Socialista del gigante rojo europeo y que despojara a su familia de sus posiciones en el nombre del comunismo; la estudiante de filosofía y de las artes cinematográficas que se dejara llevar por el “canto capitalista” estadounidense; llego al país de las barras y las estrellas con otro nombre, Ayn Rand, para encajar en el glamour hollywoodense de los años veinte, donde iniciara en la industria fílmica desde los guardarropas en los estudios RKO, hasta lograr vender su primer guion y realizar un ingenioso libreto teatral; brillante escritora de literatura de ficción y novelista; sus años obscuros dentro de su movimiento conocido como objetivismo y un final un tanto contaminado.    

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Es necesario dar una nota aclaratoria: a Rand la encontré en el estante de una librería, el nombre de la portada del libro que se leía era “El manantial”, lo tomé desconociendo completamente a la autora, lo leí, confieso que me dejó sorprendido por su capacidad narrativa, la construcción de los personajes y su forma de escribir. 

 

Ahora leo “La rebelión de Atlas” y nunca mis ideales han cambiado, considero mi pensamiento político orwelliano, abrazo desde la convicción a lo comunitario, creo en la economía de los colectivos, lucho por ser lo menos consumista posible, desconfío del capitalismo y no por leer a Rand, me volveré un individualista. La leo desde una visión estética y literaria, así como como puedo disfrutar “El banquete” de Platón, “La caverna” de Saramago, “La peste” de Camus o “Cuentos de la era del jazz” de F. Scott Fitzgerald. 

 

Después de estas líneas, para ofrecer una postura clara, adentrémonos por la vida y obra de esta controversial filósofa y escritora. Descifrarla fue todo un reto, me explotó la cabeza para cuadrar las diversas facetas de una mujer altamente creativa pero también con conceptos que la desdibujan tanto. 

 

Infancia… entre revoluciones

 

San Petersburgo, un 2 de febrero de 1905, entre huelgas de trabajadores, disturbios campesinos, motines militares y la profunda inconformidad del pueblo ruso por el régimen del Zar Nicolás II, nace Alisa Zinóvievna Rosenbaum, la mayor de tres hermanos, de origen judío, aunque sus padres no eran devotos de esta religión.

 

Los objetivistas afirman que aprendió a leer sola, aunque suena un tanto exagerado, lo cierto es que aprendió francés de su madre y desde la edad de siete años mostró una fuerte inquietud por autores como Alejandro Dumas, Walter Scott y su escritor de cabecera… Víctor Hugo.

 

El panorama de Los Miserables (1862) de su poeta, dramaturgo y novelista romántico francés favorito, se vería reflejado en la agitada Rusia zarista, hablamos de un periodo donde las derrotas del Ejército Ruso en la Primera Guerra Mundial, el dolor de la pobreza en las calles y la desesperación, llevaron al gigante rojo europeo a la Gran Revolución Socialista.

 

En los inicios de 1917 Rusia era tierra de nadie, al grado de que el mismo León Trotski, a su regreso de Nueva York, vivió la violencia y anarquía de una nación hambrienta de igualdad. Mientras que una adolescente, Zinóvievna, apoyara la Revolución de Kerensky, la de febrero, pero en octubre, la Bolchevique, causó que su familia se mudara a Crimea, península que proclamara su independencia del Imperio ruso en aquel año y donde Alisa finalizara la secundaria.

 

Fue en la Crimea de los tártaros donde su fascinación por el país de las barras y las estrellas comenzó. Ella soñaba con el glamuroso cine estadounidense, la “tierra de los sueños”, Woodrow Wilson predicaba la necesidad de que una élite poderosa, “moral”, los “súper-hombres” y el contraste de ver a su nación devastada entre revoluciones, le infiltró la idea de vivir con aires norteamericanos.

 

Los sóviets triunfantes, liberales y socialistas fraternizaban, Trotsky le levantaba la mano a Lenin, el gobierno de los bolcheviques, un nuevo sistema político se instauraba, y el pensamiento de la propiedad social o colectiva para los medios de producción reinaba, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado.

 

La familia Rosenbaum regresa a San Petersburgo, Alisa Zinóvievna ingresa a la universidad petersburguésa para estudiar historia y filosofía, se gradúa en 1924 y se inscribe en el Instituto Estatal para Artes Cinematográficas para aprender guionismo.   

 

Admiraba al individuo heroico de Nietzsche, pero consideraba como el mejor filósofo de todos los tiempos a Aristóteles, padre de la filosofía occidental y quien invitaba a cuestionarlo todo: “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”.

 

En su periodo de profesionalización, la farmacia de su padre es confiscada en el nombre de la revolución, comenzaba a experimentar los estragos de la escasez producida por el “comunismo de guerra”, el libre pensamiento se desvanecía y como punto de quiebre, su universidad era expropiada.

 

Así, afianzaba su divorcio con el socialismo y el comunismo soviético, al ver que la gran pantalla del capitalismo norteamericano le otorgaría mejores oportunidades, pero esto lo vería detrás del lente fílmico y sus reseñas publicadas en aquella época dan muestra de esta admiración por lo estadounidense, como lo fueron sus folletos sobre Pola Negri (1925) y Hollywood: American Movie City (1926), conocidos actualmente bajo el título “Escritos de Rusia en Hollywood”, que fuera reeditado en 1999.

Odiaba su país natal por arrebatarle lo que algunos autores señalan como sus “comodidades pequeñoburgueses”, ella argumentaría: “Llámenlo destino o ironía, pero yo nací, de entre todos los países de la Tierra, en el menos conveniente para una fanática del individualismo: Rusia” y antes de conseguir una visa, con el pretexto de visitar a unos familiares en Estados Unidos, en 1925 cambiaría su nombre por… Ayn Rand.

Hollywood… extra, guiones y dramaturgia 

 

Abandonó Rusia en un barco en enero de 1926 y llegó el 19 de febrero de ese mismo año a Nueva York, donde por fin arribó a la América de sus anhelos, se trasladó a Chicago sin un centavo a donde vivían aquellos familiares que le proporcionaron techo, contactos y recursos para tocar puertas en Hollywood.

 

El escritor y dibujante británico Darryl Cunningham en su libro The Age of Selfishness: Ayn Rand, Morality, and the Financial Crisis (2014), en su investigación sobre la filósofa rusa, dice que a estos familiares, Rand nunca les devolvió el dinero necesario para viajar a Hollywood y sobrevivir mientras iniciaba su carrera como guionista, deja a la interpretación que los usó, ya que a los dos días de su llegada estaría buscando alguna compañía hollywoodense que la contratara, y que decidió borrar de su biografía este periodo, Rand sostenía que nunca necesitó ayuda de nadie.

 

Historia de la cinematografía estadounidense, año 1926, se rodaba The King of Kings (1927) de Cecil B. DeMille, la cinta muestra las últimas semanas antes de la Crucifixión de Jesús de Nazaret, es muda, en blanco y negro, con las últimas secuencias en Technicolor y una de las extras contratadas por el cineasta estadounidense era Ayn Rand. Pareciera una broma que una ferviente atea rusa participara en la primera gran obra fílmica que exaltara la figura de Jesús, pero eso no es todo, ahí conocería a quien sería su único esposo, el actor Frank O’Connor.

 

Sí, se casaron en 1929, y un dato que algunos investigadores comentan, es que O´Connor le daba “permisos extramaritales”. Rand conseguiría la nacionalidad estadounidense en 1931, mientras que iniciaba su carrera en la industria del cine desde acomodar los guardarropas en los estudios RKO hasta lograr ser editora de guiones. 

 

La Universal Pictures compra su primer guion, Red Pawn en 1932, una película que nunca se rodó, pero da una mirada crítica a aquella Rusia revolucionaria, desde la visión de los despojados.

 

Dos años más tarde, realiza el libreto de “La noche del 16 de enero”, ingeniosa puesta en escena que rompe con la cuarta pared teatral, trata sobre el juicio de una mujer donde el publico se convierte en el jurado y quienes serán responsables de culparla o declararla inocente, Rand afirmaría que es a la audiencia a quien en realidad se juzga y el espectador logra entender esto al final de la obra. Al parecer esta obra de teatro sería un reflejo de sus años por venir, Ayn Rand en el banquillo de los acusados, polarizando opiniones del fanatismo para “quemarla en leña verde”. 

 

El punto de vista estético…

 

Mucho se puede señalar sobre Ayn Rand, pero nadie puede negar que fue una autora brillante, independientemente de que si sus ideas objetivistas o capitalistas buscan manipular a sus lectores o no, si la leemos desde su biografía, podremos encontrar que ese profundo desdén al colectivismo es el reflejo de su odio al sistema socialista que viviera en su adolescencia, denuncia al totalitarismo y su literatura de ficción es distópica, anterior al 1984 (1947) de Orwell o el Fahrenheit 451 (1957) de Bradbury. 

 

En lo que respecta a sus novelas, todas fueron publicadas antes de fundar la revista The Objectivist Newsletter en 1962, así como de su movimiento “filosófico” o “pseudofilosófico” conocido como Objetivismo, dependiendo de cada punto de vista, pero también su obra literaria, desde una postura estética, ha sido rechazada con cierta injusticia por el gremio literario -y que conste que no comulgo para nada con muchos de sus ideales filosóficos y mucho menos los de corte capitalista-.

 

-Los que vivimos (1936): Logra por fin publicar su primera novela, que escribiera durante los tiempos de la Gran Depresión en los Estados Unidos, rechazada por varias editoriales y con el sentimiento de una Rusia que la había dejado prácticamente sin nada. La historia gira en torno a Kira Argounova, una joven que se rebela contra el comunismo y el argumento de Rand fue “el individuo contra el Estado”, siendo la más personal que realizara: “es lo más próximo a una autobiografía que jamás escribiré”, declararía años después.

 

Los fascistas italianos realizaron dos películas basadas en la novela inaugural de Rand, sin su permiso, las cuales contaron con buenas ventas en taquilla, además de ser proyectadas en España, también sin consentimiento de la autora, incluso llegó a Alemania, pero cuentan que los nazis la prohibieron porque retrataba a un Estado autoritario.

 

-Himno (1938): La antiutopía del colectivismo, descrita así por diversos especialistas, ubicada en un futuro donde el “Yo” ha muerto, el protagonista es un joven de 21 años llamado Igualdad 7-2521, quien, en secreto, a la luz de las velas, en un túnel subterráneo, escribe su diario en primera persona, práctica prohibida por una sociedad totalitaria que ha nulificado el individualismo: “Nosotros no somos nada. La humanidad lo es todo. Nos es dado vivir gracias a nuestros hermanos. Existimos por ellos, al lado de ellos y para ellos, que son el Estado. Amén”.

 

-El manantial (1943): El joven arquitecto Howard Roark, quien cuenta con un gran talento que los demás arquitectos reprueban a pesar de ser una genialidad, considerado por la crítica como el representante del individualismo; Peter Keating, la antítesis del personaje principal, quien brilla con las ideas de otros, principalmente las de Roark, envidioso y como lo muestra el libro, el ejemplo claro de un parásito; Dominique Françon, altiva, peligrosamente hermosa, cínica y la perversa heroína, descrita por Rand como "la mujer para un hombre como Howard Roark"; Gail Wynand, el hombre de negocios, el magnate que saliera de las coladeras neoyorkinas para fundar un imperio mediático y que hundiera para después rescatar al protagonista; Ellsworth Toohey, el hombre que oculta sus obscuras ambiciones detrás de la máscara del altruismo y que busca por todos los medios desacreditar a Howard Roark.         

 

-La rebelión de Atlas (1957): La principal obra de Ayn Rand, inicialmente su titulo era La huelga, pero su esposo sugirió el nombre final. Las opiniones van desde ser un canto al espíritu humano, hasta pornografía desde el capitalismo más repugnante. Diversos articulistas y escritores han realizado análisis en torno al segundo libro más leído después de la biblia en la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, algunos dirían que es un mal Don Quijote para conservadores, otros un mamotreto plagado de objetivismo, pero uno de sus admiradores es ni más ni menos que el creador de Wikipedia, Jimmy Wales, en cuya famosa enciclopedia en línea resume la voluminosa obra: “El libro relata una rebelión ficticia de los grandes empresarios contra el gobierno y los políticos de Estados Unidos, que realizan un lock out paralizando el país” y así… Atlas se encogió de hombros.  

 

Delirios por el objetivismo

 

Mencionaba que en 1962 funda la revista The Objectivist Newsletter, si bien aparece una reseña de La rebelión de Atlas, el libro fue publicado en 1957 y tardó más de una década en terminarlo, pero lo usó como base para fundamentar su objetivismo.

 

Oficialmente el Objetivismo es catalogado como un sistema filosófico basado en la metafísica, epistemología, ética, política y estética, en palabras de su creadora, Ayn Rand es “una filosofía para vivir en la Tierra”, pero para sus críticos, es un pensamiento obscuro, que coloca al egoísmo como virtud, adoradores de la razón según Rand, aniquila el altruismo y colectivismo con argumentos pueriles y absolutistas, admiradores del capitalismo voraz cobijados por la bandera del libertarismo, el individualismo como un factor fundamental de la existencia, además de ser un movimiento sectario y los muy extremos hasta dicen que “son cosas del mal”.

 

Toda esta teoría filosófica o pseudofilosófica, algunos historiadores la ubican en 1950, cuando el psicoterapeuta canadiense Nathaniel Branden y Ayn Rand iniciaran su relación a través de correspondencia, Branden era 25 años más joven que Rand, pero las mezclas pasionales de la admiración, llevaron al canadiense a embarcarse en una relación de casi 18 años, con todo y permiso de sus respectivas parejas. 

 

El señor Branden era visto como el segundo al mando dentro del movimiento objetivista, el "heredero intelectual" según Rand, fundador en 1950 del Nathaniel Branden Institute (NBI) que tiempo después estuviera contagiado completamente de objetivismo, pero este tipo de amoríos por lo regular llegan a su momento final, Branden se casaría con Patrecia Scott, se divorció de su primer pareja y dejaría a Rand, lo que provocó que la filósofa lo expulsara como persona non grata en el objetivismo acusándolo de uso indebido de fondos.

 

Desde la trinchera de The Objectivist Newsletter, se convertiría en ensayista desde 1962 hasta 1976, llevando su mensaje objetivista a sus fieles discípulos, digamos que las ideas de Ayn Rand se convirtieron en una doctrina y sí, los seguidores del objetivismo la ven como una deidad, simplemente hay que darse una vuelta por su página oficial y ver títulos de artículos como “¿En quién confiar: Jesucristo o Ayn Rand?”, de ese tamaño, incluso existen autores como el psicólogo Albert Ellis que catalogaron, en forma de crítica, al movimiento del objetivismo como una religión y esto aparece en su libro Is objectivism a religion? (1968).

 

Dicen que nunca reconoció que su cirugía por cáncer de pulmón en 1974, luego de décadas de fumar en exceso, haya sido a causa del tabaco, al parecer no logró aprender la lección y fallecería en Nueva York, un 6 de marzo de 1982. 

 

Siglo XXI: Rand vs Rand 

 

-¿Conservadora?, no tanto, era atea, se discute su postura ante el aborto que al parecer estaba de acuerdo, su pronunciamiento literario al menos era en contra el totalitarismo y siempre negó esta postura política.

 

-¿Liberal?, tampoco, aunque simulara un poco serlo, su amor por el capitalismo con su vestimenta Dollar sign que también no encaja con estos ideales, como tampoco varias de sus amistades y seguidores más cercanos como el ex presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos Alan Greenspan.

 

-Tal vez quien la colocara nuevamente en el estante de las librerías fue Trump, cuando en plena campaña electoral mencionara que uno de sus libros favoritos era El manantial (1943), aunque varios analistas dudan que lo haya leído.

 

-Existen dos puntos de quiebre de esta autora ruso-estadounidense. El primero, que nunca logró superar, los estragos que dejara en su familia la Gran Revolución Socialista y a ella su odio por el comunismo que lo asoció con el colectivismo; mientras que el segundo, se daría en algún momento al escribir La rebelión de Atlas (1957), debemos apuntar que el libro surge antes de la aparición oficial del objetivismo, pero después del éxito comercial de esta obra no vuelve a realizar otra novela, su ego creció como espuma hasta volverla una obscura caricatura del individualismo.

 

-En lo personal, creo que Rand vale el ser leída en su periodo como guionista, dramaturga, en su literatura de ficción y como novelista, pero en su etapa como ensayista creo que es un rotundo fracaso, desde 1961 con El nuevo intelectual, comenzó su decadencia, The Objectivist Newsletter su perdición creativa, le ganó el egoísmo, el delirio objetivista llegó a ser esquizofrénico y asesinó a sus propias letras.

 

Estimados homoespacieros, les comparto los tradicionales enlaces para que conozcan de esta polémica escritora y filósofa:

-¿Quién es Ayn Rand? -Cápsula-. 
-Los Que Vivimos (1936) -Trailer-. 
-Ayn Rand con Johnny Carson (1967) -Entrevista-. 
-Ayn Rand: una novelista en tiempos de Trump -Charla-. 

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Amigos, los invitamos a ver las cápsulas “Homo Espacios” todos los viernes por el Noticiero México al Día MD de Televisión Educativa y a escuchar el comentario homoespaciero dentro del programa “Clase Turista” en ABC Radio por el 760 AM, todos los sàbados de 15:00 a 16:00 horas.

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